lunes, 24 de agosto de 2009

La Copa Nissan Sudamericana 2009 y el nuevo reto para los equipos peruanos...




No quiero pecar de pitoniso, soberbio o de mala leche, solo trataré de ser objetivo en mi análisis del meritorio triunfo de la semana pasada Cienciano sobre el Liverpool de Uruguay y ponerle paños fríos a la fiebre vivida en la prensa deportiva peruana. No quiero “subirme al coche” como muchos pseudo-periodistas limeños han hecho pero era evidente el jueves un triunfo de Cienciano frente al Liverpool y digo esto a pesar de que en un análisis a priori pensé que los rojos no pasarían de esta primera fase debido al pobre nivel de equipo que tienen (con jugadores “reciclados” del medio) además porque le tocaba jugar frente a un equipo del mismo o peor nivel que ellos pero con la diferencia de que pertenecían a una liga más competitiva que la nuestra (según la IFFHS). Pero luego de ver el partido jugado en Montevideo donde la suerte estuvo del equipo “cusqueño” _porque de haber sido un partido normal hubiera terminado mínimo en 3-0 a favor de los uruguayos_ evoqué el precedente inmediato de enfrentamientos entre Cienciano y equipos de Uruguay (como aquél sostenido en el 2008 ante el Montevideo Wanderers por la fase previa de la Libertadores donde luego de empatar en el Centenario_ para entonces Cienciano con otro nivel de equipo en comparación con el actual_ clasificaron en el Cusco, tras ganarle por un agónico 1-0), vaticiné una clasificación _sufrida_ de los locales porque como todos ya sabíamos: Cienciano ahoga a sus rivales en la temida altura y los equipos orientales y de costa (sobre todo como los del nivel de Liverpool) que no rinden lo mismo que los brasileños (como el caso del Flamengo que a pesar de ser un equipo que no “rinde” en la altura tenía un buen nivel de juego y se aclimató con días de anticipación y logró la proeza de golear eliminándolos por un contundente 3-0 en el mismísimo Garcilaso de la Vega en el mismo 2008). Para ser sincero, no creía en una goleada de Cienciano, como nos tenían acostumbrados los equipos que juegan de local en la altura, porque el nivel futbolístico mostrado por los cusqueños era deficiente (por algo en el Torneo casero no luchaban por el liderato manteniéndose por debajo de la mitad de tabala de posiciones) sino en un ajustado 1 o 2 a cero. Y dicho y hecho, se dio el resultado pensado pero que repito no estaríamos celebrándolo de no haber sido por el partido “atípico” jugado en Uruguay, donde la mala puntería y bajo nivel del rival uruguayo jugaron a favor de Cienciano. A pesar de lo dicho anteriormente, no sería justo restarle méritos a la loable clasificación obtenida por los peruanos, que aunque teniendo un plantel sumamente austero (tanto en matería económica como futbolística) logró lo que muchos creíamos utópico. Asimismo en mi lado crítico e imparcial, pienso que Cienciano ayer dio todo lo que tenía que dar en esta Sudamericana 2009 porque el siguiente rival a eliminar es de otra categoría (siendo mi favorito entre la llave de Tigres y San Lorenzo, el segundo por su jerarquía al ser un ex campeón del presente torneo). En todo caso sería un choque de poder a poder entre ex campeones del certamen. Espero equivocarme en mi pronóstico como en el de esta llave que pasó.

martes, 18 de agosto de 2009

"Homo Politicus. Manuel Pardo, la política peruana y sus dilemas 1871-1878" de Carmen Mc Evoy







“La encrucijada peruana”

En este primer capítulo llamado “La encrucijada peruana” la autora Carmen Mc Evoy intenta darnos una explicación acerca de la situación política, económica, social y cultural del Perú de la primera mitad del s. XIX, que fue herencia directa recibida por Manuel Pardo al llegar a la presidencia. Así, nos muestra lo cuán importante fue la explotación del guano y lo cuán dependiente se hizo para la economía peruana decimonónica. Los ingresos percibidos por la exportación de este recurso posibilitaron que, de una manera u otra, se llegue a modernizar relativamente el Perú, pues, permitió que se llegue a comunicar y enlazar zonas internas con el exterior mediante la aplicación de una política ferrocarrilera y la puesta en marcha de una serie de obras públicas que hicieron de Lima una ciudad con “progreso”.

Tenemos, pues, que esta etapa denominada “prosperidad falaz” coincidió con la era del capital; es decir, no se puede obviar la influencia que tuvo Europa y su industrialismo en las economías latinoamericanas sobre todo por la llegada del capital y de las tecnologías europeas. La autora pone énfasis en la oportunidad perdida para el Perú del s. XIX y en los proyectos políticos no concretados que se tejieron en base a la exportación de una materia prima: el guano, que a mitad del s. XIX atrajo la atención de Europa fruto de la revolución agrícola e industrial que experimentaba y que por entonces necesitaba con urgencia para el desarrollo de su industria. En el periodo comprendido entre 1840-1880, el Perú exportó al mundo casi 11 millones de toneladas de guano lo que permitió: construir una endeble paz social, adquirir las bases para un modelo de Estado nacional y la apertura del país a las naciones extranjeras con su consecuente inserción a la economía mundial.

Pero ¿qué clima político se vivió en el Perú de inicios y mediados de la naciente república que repercutieron en la época de bonanza económica y no dejó que se desarrolle como se hubiera querido el Leviatán guanero(*)? La autora precisa que los ingresos provenientes de la exportación del guano llegaron a la exorbitante cantidad _para la época_ de 750 millones de dólares, ganancias que el Estado peruano, si bien es cierto no la supo aprovechar, la invirtió en dos situaciones: una positiva, como lo fue la política de construcción ferrocarrilera que ayudaba a unir un país incomunicado hacia el mercado extranjero y la otra negativa: la consolidación de la deuda interna para todos los adeudos que se vieron arruinados por las guerras de independencia y que devino lógicamente en un despilfarro fiscal sin precedente alguno ya que solo se beneficiaron algunos grupos. Casos típicos de lo que vengo diciendo sería el de Ramón Castilla y Rufino Echenique que como presidentes de la república privilegiaron ambas políticas que mencioné anteriormente. A su vez, dos acontecimientos marcaron el rumbo económico del Perú decimonónico: la eliminación del tributo indígena y la manumisión de los esclavos negros e hicieron que las ingentes reservas guaneras fueran, pues, las que solventaran dichos gastos, creando así una gran dependencia de la economía exportadora para con el fisco. El guano se convirtió así en la mayor esperanza económica para el Perú, incluso desplazando a un recurso tradicional por antonomasia como lo era la plata.

La autora también nos menciona que la anarquía imperante en la época y la inestabilidad política de los sucesivos gobiernos que se dieron producto de las guerras civiles e intestinas que azotaron al Perú de inicios de la república hicieron que nuevamente se gaste improductivamente los ingresos del guano (por ejemplo las guerras civiles entre 1840, 1850 y 1860 de Vivanco, Castilla, Echenique, Prado, etc.) ya que los gastos fueron asumidos íntegramente por el Estado. En este contexto es en el que tenemos que entender como el papel de los consignatarios guaneros pasan de ser comercializadores del fertilizante al de prestamistas del Estado. Sucesivos préstamos de los consignatarios peruanos y a elevados intereses hicieron que José Balta y su ministro de hacienda Piérola eliminaran el sistema de consignaciones monopolizando el producto en manos de Dreyfus.

Pero no todo fue malo en cuanto a los gastos del recurso guanero debido a que buena parte de dichos ingresos fueron a parar en la iniciativa de comunicar a un país que yacía desolado e incomunicado al extranjero imposibilitando así que se pueda exportar las diversas materias primas que Perú tenía para el mundo y privándolo de la tecnología y del capital europeo. Así, tenemos que fue en el Perú donde se dio inicio al fenómeno de la fiebre ferrocarrilera que permitió comunicar a la costa con la sierra, superando así los obstáculos de la difícil geografía peruana.

Mc Evoy nos señala que a medida que se agotaba la economía guanera el Estado peruano realizó denodados esfuerzos por invertir en la minería y sacarla del estado postrado en el que se encontraba de acuerdo a las diferentes opiniones políticas de la época. Por ejemplo, reimpulsar el desarrollo minero de Huancavelica a través de la inversión de capitales y de una clase minera dispuesta a apostar por el cambio tecnológico. Otra de las actividades económicas que se impulsaron para cuando agonizaba la economía guanera fue el de la ganadería y el de la producción lanar sobre todo del sector sur y de la agricultura costeña.

En el subcapítulo llamado “la política peruana: un laberinto capaz de fastidiar al mismo diablo” la autora intenta darnos una aproximación acerca del tipo de cultura política que se desarrolla tras la etapa de anarquía; es decir, qué tipo de Estado se fue conformando en plena etapa de guerras civiles, de gastos fiscales desordenados y de prosperidad falaz. Mc Evoy nos dice que el resultado de la independencia peruana, de manera similar que en los diferentes países latinoamericanos fue casi el mismo pero a la vez el que menos se esperaba. Señala un proceso antitoquevilliano, donde se hizo difícil la creación de un estado moderno, centralista y racional donde la soberanía moderna fuera absoluta, unitaria y homogénea ya que lo que se puso en evidencia y consolidó fueron las autonomías regionales y las corporaciones que representaban el otro pilar de la autoridad pública de Latinoamérica. Sin embargo, no llegaron a romper totalmente con el poder central.

Así, pues, lo que caracterizaba al periodo de la anarquía era la balcanización del Perú, osea, la división política entre facciones opuestas que se mantenían en constante conflicto por el acceso al poder siendo, pues, los más representativos los bandos norte-sur dependiendo de los caudillos o “señores de la guerra”_como los llama Mc Evoy_ que necesitaban del apoyo de la región (como Castilla, San Román, Echenique, Prado, Balta, etc.). La cultura peruana post anarquista solo puede ser entendida a través de este importantísimo elemento que es el de la cultura de la guerra y de las estrategias militares instaladas en el corazón del Estado, que privilegia el armamentismo y la idea de que el poder descansa en el más fuerte. En el intento de lograr una centralización por parte del Leviatán guanero, el Estado peruano llevó a cabo dos funciones: tener el monopolio de la violencia y la protección de sus ciudadanos, siendo necesario para ello la configuración de un sistema burocrático copado en un inicio por los militares y una policía nacional.
(*) término que utiliza Mc Evoy para definir el modelo político peruano de los primeros años de explotación de dicho recurso

domingo, 16 de agosto de 2009

"Marsilio Ficino y Martín Lutero: entre ley y mesianismo: algunos rasgos de la modernidad como teología secularizada" de Fabián Javier Ludueña







El mesianismo entra en la historia de la Modernidad Occidental como uno de sus problemas fundamentales. La mayor parte del presente análisis tomará como objetivo el poner en relieve ciertas “formas de experiencia” de la Modernidad (tomando como referencia unas cartas de Marsillio Ficino del s. XV y unas imágenes de la propaganda luterana del s. XVI). Así se tratará de explicar las relaciones que hubo entre el mesianismo, la ley y la historia además de la figura que cumple el Mesías y de la manipulación política que este concepto recibe a principios de le Modernidad.

Por esto, la idea de la astrología y de la influencia ejerce sobre la religión y el paganismo, con fines políticos, a principios de la Edad Moderna sobre todo en pleno Humanismo y Renacimiento poniendo el caso del protestante alemán Martín Lutero y del misterio con respecto a su fecha y hora de nacimiento que, dicho sea de paso, pareciese ser un tema tan trivial pero que para la época, tan cargada de fervor religioso y escatológico, significó, pues, un tema tan trascendental puesto que definiendo el año de su nacimiento a través del horóscopo (si era 1483 o 1484) se podía clarificar su presencia en la tierra como el supuesto “Mesías” que cumpliría una gran misión en la tierra producto de la voluntad divina o de si era el “Anticristo” poseedor de una fuerza maligna y hereje anunciador de malos y nefastos tiempos para la cristiandad (todo esto tomando como referencia el horóscopo de un astrólogo italiano Gauricus, la confesión de Felipe Melanchton, amigo de Lutero y lo señalado por Warburg). Así este hecho demuestra la supervivencia de la astrología helenística a principios de la Edad Moderna con fines “falsificables” en aras de una nueva religión o de una nueva maldición.
Así, el fin que tenía Lutero al creer en los designios astrológicos, del cual supuestamente no se sentía creyente, al tomarlos como divinos y no naturales y del hecho que frecuentemente los relacionaba con portentos y profecías divinas, adecuadas, claro está, a su conveniencia. A su vez trata de definir cuál era el fin de Lutero al crear una literatura antipapista que refuerce su movimiento reformista en la cual trataba de atacar directamente la figura del Papa como sumo Pontífice de la cristiandad y de su carácter de infalibilidad, mostrándolo como un humano más y como el “Anticristo” (deformando totalmente su naturaleza humana, caso de los gráficos del papa-asno y del monje-becerro).

La figura del Anticristo no es dada solamente a Lutero a comienzos de la modernidad y los tiempos reformistas sino que con anterioridad también ya se hablaba de Anticristo sobretodo en la persona de Jerónimo Savonarola, intelectual italiano de la época, quien para Marsilio Ficino en un primer momento habría reconocido como el Mesías divino para luego tildarlo de Anticristo y demonio en la medida que éste despreció los ritos paganos, astrológicos, etc. Éste cambio de concepción en Ficino es el que intenta entender el autor. Así, se resalta el hecho de la frustrada ordalía en la que Savonarola iba a defender su honor y crédito como Mesías divino y la cual se frustró y fue tomada como pretexto para acusarlo de descrédito y fue enviado a la hoguera. El autor trata de entender el significado de ser un “Anticristo” y del fuerte poder político de influencia que tiene al acusarse a una persona de serlo. Es válido establecer un comparado entre Savonarola y Lutero.

El tronco común del mesianismo y la profecía en Ficino, Savonarola y Lutero tienen raíces en el profetismo de Joaquín de Fiore, quien fue el que se encargó de asimilar y relacionar la doctrina de la Santísima Trinidad a los hechos de la historia de los hombres, y el problema de la pobreza evangélica en la herejía de los espirituales franciscanos; en el cual se discute los conceptos de uso de derecho y propiedad (posesión) sobre todo a partir del legado que dejó San Francisco de Asís y tratando de encontrar concordancia entre tales elementos. A su vez que es desde la Edad Media cuando se empieza a relacionar al la figura del anticristo con la del papa y del uso político del que se hacía con tal relación, siendo esto algo que se presentaba desde tradiciones proféticas y mesiánicas de la antigüedad.

Finalmente concluye que al hacer el rastreo del problema del mesianismo en la Modernidad no puede disociarse de la astrología, este caso visto a través de las figuras de Marsilio Ficino y Martín Lutero. A su vez, estos temas mesiánicos no son meramente episódicos y quizá habría que concebir a los Tiempos Modernos como una teología secularizada.

martes, 11 de agosto de 2009

“La Utopía Republicana: ideales y realidades en la formación de la cultura política peruana (1871-1919)” de Carmen Mc Evoy







¿Por qué las teorías o doctrinas políticas durante el siglo XIX no pudieron convertirse en políticas públicas exitosas?

Habiendo analizado la historia de las ideas políticas del siglo XIX, según Carmen Mc Evoy, y precisando cómo se fue conformando y en qué circunstancias las ideologías y cultura política peruana decimonónica, trataré de explicar básicamente en tres puntos fundamentales, el porqué del fracaso y no concretización de las doctrinas políticas al querer llevarlas a la realidad.

El primer factor es la naturaleza patrimonialista del modelo político aplicado: excluyente y/o elitista que, al privatizar el poder político al no incluir a la mayor parte de la población, pierde el respaldo de ésta, encontrando siempre un cierto rechazo en las masas civiles que se hallaban ausentes y alejadas de toda actividad política; es decir se seguía un modelo que no trató de integrar en su seno a todos los sectores de la sociedad, sobre todo a las clases medias.

Entonces el rechazo, repudio o poca importancia que tuvieron los caudillos por la educación, la sociedad civil y la participación ciudadana favoreció a que estas doctrinas políticas no surtieran efecto y fracasen así como a que los gobiernos militares se tornen inestables y pierdan legitimidad. Evidentemente, nunca hubo un proyecto coherente de desarrollo integracionista y democrático que permita el tan ansiado “progreso” económico para el país sino hasta la llegada de Manuel Pardo y su intento de modernizar la política peruana que fue cortado por la Guerra del Pacífico.

A su vez, este modelo seguido es un modelo conservador, poco abierto a las nuevas tendencias modernas económicas de la etapa post independencia peruana, siendo éste un segundo factor para que fracasen las doctrinas políticas del siglo XIX. Esto aunado a la ausencia de una clase burguesa reformista liberal fuerte que permita el despegue económico y progreso del país, así como la poca integración económica que había entre Lima y el interior del país contribuyeron a marcar un gran distanciamiento entre la sociedad civil y la militar. No olvidemos que para Mc Evoy, Pardo es la primera persona que imagina un país con bases económicas: el progreso económico se daría aplicando una reforma del Estado y reforma tributaria donde tenían que converger: el estado, la sociedad civil y la burguesía o empresariado.

Un tercer factor sería el que este “proyecto” político obsoleto, sin consistencia ni ideología fue ejecutado por militares, y no por partidos políticos o asociaciones civiles, que al tratar de mantenerse en el poder montaron una red múltiple de corrupción y de clientelas que no respetaban el marco legal, violando constantemente las leyes y controlando frecuentemente el resultado de las elecciones, trayendo esto como natural consecuencia la de la precariedad de la institucionalidad política peruana que sucedió a las guerras de independencia y a la instauración del régimen republicano.

Así, veremos que no hubo estabilidad política en el país, ni un itinerario político a seguir por los militares debido a que siempre se produjeron conflictos civiles y entre los propios caudillos que contaban con el respaldo de cierta parte del país en lo que se denominó la “balcanización” del Perú y que aplicaban la cultura política de la violencia fragmentando así la política peruana. Sucesivos gobiernos y golpes de estado se presentaron en los primeros cincuenta años de transcurrida la independencia peruana así como numerosas constituciones de distintas tendencias políticas que contribuían a fomentar el malestar político vivido en aquellas épocas.